Tal y como explica el marco pedagógico para la etapa de educación infantil hIZAN de la Federación de las Ikastolas, desde el punto de vista del desarrollo integral del niño o niña, tendremos en cuenta los siguientes tres principios:
- Respeto hacia el niño-a. El niño-a desde que nace es una persona activa, sensible y receptiva. Cada niño-a tiene su ritmo de desarrollo.
- Confianza en la capacidad de desarrollo del niño-a, posibilitando y respetando su actividad autónoma, no adelantando los procesos y aceptando que el niño-a es el protagonista de su vida.
- Garantizar la seguridad física y emocional del niño-a, ofreciéndole las condiciones necesarias para que se desarrolle en movimiento y de un modo autónomo, siempre siendo sensibles a sus necesidades.
Así, los educadores-as debemos estar al lado del niño-a, acompañarlos en su proceso de desarrollo. El adulto debe crear contextos donde el niño-a se sienta seguro y pueda explorar, experimentar y disfrutar del juego libre de una manera autónoma.
Otras características a tener en cuenta:
- El niño o niña interpretará el mundo de forma subjetiva. Poco a poco irá entendiendo que los demás también tienen sus deseos y necesidades. Así, se producen enfados muy frecuentes cuando recibe, por ejemplo, una respuesta negativa o un límite ante un deseo. Con el tiempo y con la ayuda del adulto desarrollará la frustración y la capacidad de aceptarla; irá superando la etapa egocéntrica.
- El juego es la expresión principal de la acción de los niños y niñas de esta edad. A través del juego examinarán todo lo que tienen alrededor y tocarán, manipularán y experimentarán todo lo que encuentran a su alcance. La curiosidad del niño no tiene límites y será tarea de los adultos ofrecer los medios para mantenerla viva. A través del juego y la curiosidad el niño construirá las bases de su pensamiento lógico, las capacidades para relacionar conceptos, comprender los cambios y sacar conclusiones. A través del juego el niño se desarrollará a todos los niveles: motor, psicológico, cognitivo y social.
- La capacidad de mantener la atención a una actividad dirigida de los niños y niñas a esta edad es limitada. Esto influirá en las actividades que les proponemos los adultos, en su duración e intensidad.